COMPARTIR, DISFRUTAR Y CRECER. Las claves para educar en la música.

No hay otra manera de ser profesor, que no sea a través de seguir siendo un eterno alumno.

La música siempre ha sido un vehículo de transmisión de ideas, sentimientos y reivindicaciones. ¿Por qué no iba a seguir siéndolo?

Cuando fundé esta escuela, tenía claro que no quería un modelo de enseñanza en el que el alumno viniera a una simple clase, que entrada y saliera por la puerta del aula como quien ficha en el trabajo o cumple con un requisito más. Eso se me quedaba muy corto, muy estrecho de miras. Yo quería una escuela que educara en valores.

Los maestros podemos enseñar mucho más de lo que creemos a través de un simple gesto o comportamiento, y por tanto, aunque no vayamos a ser (ni nos corresponde) los reformadores del universo, sí que tenemos la posibilidad de plantar semillas en el corazón de cualquiera que tenga la actitud de aprender. Probablemente, un simple gesto de ánimo es, en ocasiones, todo lo que necesita nuestro alumno.

Los valores que quiero difundir en la escuela de música «Antonio Sánchez» son: compartir, disfrutar y crecer.

COMPARTIR es fundamental porque es lo opuesto a competir. En muy pocos momentos es pertinente la competición, pues casi siempre es un absurdo juego de ganadores y perdedores. Es mucho más inteligente el compartir, ya que eso enriquece y hace más grande a todas las partes implicadas.

DISFRUTAR es quizás el punto más importante. Realizar una actividad y no disfrutarla es lo mismo que no realizarla. Hacer una viaje a Nueva York y no disfrutarlo, es lo mismo que nunca haber estado allí. Puede parecer muy simple esta idea, pero pruébala: intenta disfrutar de cualquier cosa sin criticarla, sin quejarte, sin estar pensando en lo que pasará después o en si hace dos años tuviste una experiencia mejor. No es tan sencillo.

Y por último, CRECER es la consecuencia inevitable de quien aprende con humildad para seguir avanzando, y de quien sonríe con alegría cuando sabe que lo que está haciendo lo hace por devoción.

Quizás estos tres valores puedan ser quimeras, pero son un excelente horizonte hacia el que caminar toda nuestra vida, hagamos lo que hagamos, nos dediquemos a lo que nos dediquemos.